Generaciones de estudiantes se han pasado durante muchos días de su vida estudiando matemáticas, resolviendo problemas de aritmética, mejorando la caligrafía… con los Cuadernos Rubio. Esos cuadernillos forman parte de la infancia de muchas personas, quizás junto aquellos de Santillana para el verano (¿quién no recuerda los anuncios de vacaciones Santillana…?) los más famosos en nuestro país. A nada que hagáis un poco memoria seguro que sabéis de lo que estamos hablando porque en vuestros recuerdos de una forma u otra también están los cuadernos Rubio. Pero, al margen de este ejercicio de nostalgia, y sin ninguna intención de hacer publicidad innecesaria a la compañía editora de los citados cuadernillos, nos referimos a ellos porque a través de la “Fundación Cuadernos Rubio” han transformado su objetivo. O, mejor dicho, han ampliado el grupo de edad al que iban dirigidos hasta ahora. Porque realmente el objetivo sigue siendo el mismo, pero junto a los habituales cuadernillos ahora nos podemos encontrar con otros de similar aspecto pero dirigidos a las personas con alzhéimer o algún otro tipo de demencia. Son los llamados Cuadernos Rubio para estimulación cognitiva.
Desde su lanzamiento el mes de junio, los cuadernos Rubio para estimulación cognitiva han llegado a 16.600 enfermos de alzhéimer (lo cual consideramos una noticia francamente positiva) y han ampliado las áreas de estimulación a cinco: lectura-escritura, atención-concentración, lenguaje, memoria y cálculo. La técnica es la misma que lleva utilizando Rubio durante 50 años y, como ya hemos dicho, con el mismo objetivo: potenciar y mejorar el rendimiento. Aunque claro, con estos cuadernos ya no se pretende mejorar el rendimiento escolar, sino el rendimiento cognitivo de los enfermos de alzhéimer. Como decimos nos parece una noticia muy buena porque se enmarca dentro de las prácticas no farmacológicas que cada vez están tomando más fuerza a la hora de abordar las demencias en particular, y otras enfermedades en general. A la espera de una cura definitiva para el alzhéimer es fundamental tratar de preservar y estimular el rendimiento cognitivo de las personas que padecen la enfermedad y eso es imposible conseguirlo solamente con medicamentos. El entorno familiar y social, la estimulación de las capacidades y la propia visión del enfermo, forman un núcleo duro a reforzar para mejorar la situación tanto de las personas con alzhéimer como la de sus cuidadores y familiares (figuras que por otra parte suelen coincidir). La iniciativa de la "Fundación Cuadernos Rubio" infiere en esta teoría, que nos alegra mucho que sea reforzada y esperamos que en un futuro sigan surgiendo iniciativas como esta.
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